De
Altea a Benidorm
Los
contrastes de Alicante
Con
el verano ya a la vista y fines de semana soleados para disfrutar os proponemos
una ruta de contrastes en la provincia de Alicante, de la llamativa Benidorm
hasta la blanca y acogedora Altea. Una región que tiene muchas caras.
La
suavidad del clima facilita las excursiones de fin de semana casi en cualquier
época del año pero es en primavera al empezar a vislumbrarse el verano, con el
calor y el sol incontestable cuando más apetece lanzarse a conocer más y mejor
la Comunidad Valenciana. De la mano del Colegio Internacional de Alicante nos
vamos hasta la parte norte de la provincia para conocer dos de sus localidades
más emblemáticas, pese a ser polos opuestos en su concepción urbanística.
A
apenas 50 km de Alicante, y alrededor de 130 de Valencia se encuentra Benidorm,
uno de los iconos de la costa mediterránea, conocida internacionalmente y
centro de atracción de turistas de todo el mundo pero especialmente ingleses y
alemanes. Su perfil está marcado por numerosos rascacielos que albergan
innumerables hoteles y bloques de apartamentos, en un diseño urbano que ya en
los años 60 del siglo XX, viró hacia un interés único y fundamental: el
turismo.
Benidorm
es la tercera ciudad de España en cantidad de plazas hoteleras, sólo después de
Madrid y Barcelona, lo que da una idea del motor económico que representa.
Ubicada entre la sierra Gelada, la Cortina y el imponente Puig Campana su clima
es dulce todo el año lo que hace que tenga visitantes durante todas las
estaciones. El plan es sencillo: disfrutar en su litoral de hasta cinco playas,
las más extensas las de Levante y Poniente, aunque para escapar del excesivo
bullicio, eso sí, es recomendable ir a la Cala de la Almadrava, por ejemplo.
Junto
al reclamo playero la vida nocturna y los parques temáticos son otros de sus
reclamos turísticos. Aquí puedes consultar la larga lista de lugares de ocio.
Aunque a veces simplemente un paseo panorámico para contemplar sus espectaculares
construcciones ya vale la visita. Neguri Gane, el Hotel Bali III, o el Intempo
son algunos de los rascacielos insignes de Benidorm.
A
poco más de un cuarto de hora al norte encontramos Altea, una localidad que es
la antítesis de Benidorm: pequeña, recogida y con escasas construcciones de
envergadura a pesar de tener una destacada población turística también. En su
caso la ocupación se reparte en chalets y casas bajas a ambos lados de la bahía
que se forma, en círculo desde el núcleo antiguo conocido como Altea la Vella y
al abrigo del Mascarat.
La
silueta de Altea, con la cúpula azul de su Iglesia en lo alto del casco viejo
todo blanco y encalado, es emblemática de la Costa Blanca. Un paseo por sus
callejuelas estrechas y empinadas con espectaculares vistas al Mediterráneo es
una gran idea en cualquier época del año. Si se quiere calma, éste es un buen
lugar, aunque en los meses de julio y agosto el bullicio está también
asegurado. Aparte de tener unas calas de piedra tranquila y de agua limpia, las
actividades culturales suelen ser constantes en este municipio. La segunda
semana de agosto tiene lugar además el Castell de L’Olla, un espectáculo
pirotécnico que se lanza desde el mar.
¡¡Ven, descúbrelas con nosotros!!
http://comunitatvalenciana.com/donde-ir/benidorm
http://www.altea.es/es/turismo/noticias
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