Nos encantan los cuentos de nuestros estudiantes.
Aquí os dejamos uno de las chicas del nivel B2.
Esperamos que os guste.
Érase una vez, en
una isla muy, muy lejana, que vivía un grupo de frutas.
Una
cereza, que se llamaba Solange, y que era pequeña, redonda y roja. Solange era
insegura y siempre necesitaba una compañera. Pero, a su vez era orgullosa y no le
gustaba jugar con las demás frutas.
Había una
ensalada de amigas compuesta por una manzana, que se llamaba Laura; una iruela,
cuyo nombre era Isabela; y una pera, Gülsün. Les gustaba pasar tiempo juntas en
la playa, porque estaban ocupadas con sus aspectos físicos y estaban celasas
del color de la fresa Fei. Mientras tomaban el sol, cotillaban de ella y del
feo kiwi.
Fei era
una fresa muy fea y no tenía ningún amigo aprte del feo kiwi. Además, Fei vivía
en un pueblo subterráneo, cuando las demás tenían buenas casas en las árboles.
Encima, la fresa Fei era muy tímida y tenía muchos granos en la cara.
Un cierto
día, el rey oruga vio a la fresa y se enamoró de ella, y se volvió loco por
comérsela a besos. Cuando las otras frutas supieron esto, se enfadadaron
muchísimo, y siguieron estando más celosas de la fresa; porque habían tmado
demasiado sol, y por culpa de eso, tenian zonas podridas en su radiante piel.
Por lo tanto, sólo las avispas se acercaban a ellas.
Al final,
la fresa y el rey oruga se casaron y vivieron felizmente para siempre en un
castillo localizado en un árbol muy, muy alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario